Las técnicas odontológicas actuales han hecho que los antiguos rellenos con amalgama sean cada vez menos populares. En su lugar materiales con composite blanco son cada vez más utilizados, ya que a primera vista es difícil advertir la diferencia con el diente natural.
Entre las razones que hacen que cada vez sean menos utilizados se encuentran no sólo las de carácter estético, ya que el color de la amalgama no es precisamente blanco -más bien todo lo contrario- sino también por los componentes amalgamados entre los que se encuentra el mercurio, que sano sano, lo que se dice sano…no es.
Así, la odontología moderna ha hecho de los composites, cementos y selladores de diferente composición y propiedades la opción más popular a la hora de tener que rellenar una cavidad dental sobretodo por razones estéticas ya que el color resulta mucho más natural y a primera vista resulta imperceptible.
¿De qué están hechos los empastes de composite?
La composición de los composites es múltiple, básicamente se trata de resinas naturales fotoactivas y partículas de cerámica. Lo de fotoactiva viene por la capacidad de endurecerse al darles la luz, o, más concretamente, ciertas longitudes de onda de luz (azul normalmente).
La seguridad tanto de los componentes como de las técnicas de uso de estos está sobradamente garantizada por los más de treinta años de utilización de estos materiales, que además, continuamente andan siendo objeto de investigación y desarrollo.
Así, por ejemplo, últimamente se está desarrollando un nuevo material en el que se incluyen moléculas de germanio, componente químico que reacciona con el resto del compuesto para acelerar el proceso de solidificación.
¿Son seguras las amalgamas dentales con mercurio?
Hoy en día y sin estudios que lo contradigan, tanto las amalgamas dentales antiguas como los diversos materiales que actualmente se utiliza como sustitutivo son eficaces y seguros de usar.
Las amalgamas para realizar empastes son seguras, si cabe con algunas precauciones extra en determinados pacientes como por ejemplo en embarazadas. Es cierto que es más probable que aquéllos con un empaste de amalgama tengan niveles de mercurio en sangre y orina superiores a los que tendrían de no tener una muela empastada, pero aún así, siguen siendo lo suficientemente bajos para estar tranquilos.
De hecho, estudios epidemiológicos realizados no han hallado ninguna relación entre el mercurio y ninguna de las enfermedades que por lo visto se creían asociadas con las amalgamas. Obviamente siempre puede haber alguna reacción alérgica pero quitando la amalgama se alivia la situación.
¿Me quito la amalgama y me pongo un empaste más “moderno”?
No. Salvo causa de fuerza mayor, lo mejor es dejar el relleno con amalgama en su sitio si no está dando ningún tipo de problema. De hecho quitar un empaste de este tipo sí que puede exponer al paciente a niveles relativamente altos de mercurio, así que a no que sea por reacción alérgica, una vez puesta, mejor dejarla.
Diferencias.
Lo cierto es que es difícil comparar entre las amalgamas y los materiales alternativos ya que no se usan de la misma manera.
Las amalgamas son muy fuertes, baratas y duraderas y pueden quedar en el futuro como una posible elección a la hora de tratar las muelas más posteriores.
Los materiales alternativos tienen un aspecto estético mucho mejor, se adhieren al diente que lo rodea y requieren quitar menos diente para su uso. Sin embargo, los dientes restaurados con rellenos de composite o selladores pueden ser más susceptibles de ser afectados por una nueva caries entre el diente y el propio relleno y, en algunos casos, pueden tener una durabilidad inferior a la de las amalgamas.
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