Va llegando el momento de una nueva revisión dental y como todos los años empiezas a experimentar una sensación extraña, como si te fuesen a someter a una tortura. Notas nerviosismo, angustia, taquicardias, sudores fríos, malestar en el estómago,…
Lo primero que se te viene a la cabeza cada vez que piensas en la cercana cita con el dentista son unas cuantas excusas para autoengañarte a ti mismo y no acudir a la consulta.
¿Sabes lo que te pasa? Que sufres fobia al dentista.
Fobia al dentista
Tradicionalmente, todo lo relacionado con los dentistas ha estado indisolublemente identificado con el dolor. No solo porque las afecciones dentales son muy dolorosas, sino porque los propios tratamientos odontológicos también pueden causar dolor.
Además, antiguamente, algunas consultas de dentistas parecían lugares siniestros y amenazantes. La confluencia de determinados olores causados por los productos químicos empleados, junto con equipos e instrumentales repletos de arpones, garfios y todo tipo de aparejos punzantes, generaban en muchos pacientes miedos difícilmente superables.
Esta es la razón por la que mucha gente padece la fobia al dentista, que es un trastorno que provoca un rechazo insuperable a ser atendido por un odontólogo, incluso a costa de sufrir males mayores por la falta de atención dental.
La fobia dental puede tener distintos niveles.
Desde el típico miedo al dentista que genera algo de nerviosismo antes de comenzar un tratamiento —que suele expresarse con la típica frase de: “tengo que ir al dentista y me da miedo”—, hasta situaciones muy extremas por las que el paciente prefiere sufrir un dolor insoportable o perder todas sus piezas dentales antes que ir al dentista.
De hecho, se dan casos de adultos con 30 o 40 años que no han visitado al dentista desde que sus padres les llevaron cuando eran niños.
5 excusas para postergar las visitas al dentista
Ahora vamos a ver cuáles son las excusas más típicas de los pacientes que sufren odontofobia para no ir al dentista.
Quiero dejar claro que con estas excusas no pretendo darle ideas a un paciente asustadizo, sino explicarle lo equivocado de su postura.
1.- El dentista es muy caro
Una excusa muy habitual que utilizan muchas personas que se niegan a ir al dentista es que los dentistas somos muy caros.
Esto hoy en día no es así, ya que las tarifas que cobramos en casi todas las clínicas se han popularizado —en gran medida por la mayor oferta de clínicas dentales—. Asimismo en la actualidad existen una gran variedad de seguros de salud que incluyen prestaciones y tratamientos odontológicos.
Para que te hagas una idea, en Avodent la primera visita es gratuita y además damos facilidades de pago mediante financiaciones a medida sin intereses.
2.- El dentista hace daño
Solo quien lleva muchos años sin acudir al dentista puede afirmar que el dentista hace daño.
Es más: resulta curioso que soporten el dolor de muelas con estoicismo, mientras que no son capaces de aguantar ese “supuesto dolor” causado por el dentista.
Gracias a las nuevas anestesias, no se puede considerar que los dentistas hagamos daño.
Al someterte a un tratamiento odontológico tan solo sentirás una mínima molestia mientras se inyecta la anestesia. Y si ese pequeño trámite te provoca ansiedad, también te podemos aplicar una sedación consciente que te permitirá estar más relajado durante toda la intervención.
3.- Si me limpio los dientes a diario, no hace falta que vaya al dentista
Mucha gente piensa que con limpiarse los dientes regularmente, después de cada comida, es suficiente para mantener la boca sana.
Esto no es así, puesto que una gran parte de la placa bacteriana que se deposita en la boca no puede ser retirada con el cepillado y la seda dental. Además, el cepillo de dientes tampoco es capaz de limpiar al 100% la boca.
Así que no queda más remedio que acudir regularmente a un dentista para que te haga una limpieza en profundidad.
4.- Si no tengo molestias ni dolores, ¿para qué voy a ir al dentista?
En las revisiones periódicas, los dentistas comprobamos que la boca está sana.
Hay que tener en cuenta que muchas dolencias bucodentales pueden pasar desapercibidas al paciente, puesto que no provocan dolor ni dan la cara en las primeras fases. Pero el dentista está cualificado para detectar y atajar a tiempo cualquier problema latente.
5.- No pienso ir al dentista hasta que no esté hecho polvo
Ya hemos visto que muchos pacientes van dilatando más y más los intervalos entre una visita al dentista y la siguiente. Su fobia al dentista es tan elevada que prefieren aguantar el dolor y las molestias antes que acudir a ser tratados.
Sin embargo, esperar a estar hecho polvo para ir al dentista puede provocar que el tratamiento ya no tenga tanto efecto o no consiga los resultados esperados.
Por ejemplo: si un paciente acude al dentista para tratar una gingivitis incipiente, esta será detenida a tiempo. Pero si ignora las primeras señales y opta por esperar, la gingivitis se convertirá en periodontitis. Y cuando la periodontitis afecta al hueso, la perdida de piezas dentales será irreversible.
¿Has visto cómo esas excusas no son más que barreras que te pones para no disfrutar de una buena salud bucodental?
Olvídate ya de las barreras que tú mismo te pones para tener una boca sana y una sonrisa saludable y acude lo antes posible a tu dentista de confianza.
Si vives en el área de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, estaremos encantados de atenderte. Pídenos cita rellenando este formulario online o llámanos por teléfono al 91 654 17 13 / 91 005 22 43.
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