Cuando hablamos de endodoncias hay muchos malentendidos y cosas que se dan por sentadas que, sin embargo, no son tal y como el subconsciente colectivo cree que es.
Vamos a repasar dos de los más frecuentes y dar un poco de información real sobre ellos.
Mito 1: «Hacerse una endodoncia duele».
Pues no. De hecho lo que hace es todo lo contrario: alivia el dolor. La percepción de que un tratamiento endodóntico puede ser doloroso proviene de hace décadas pero hoy, con las técnicas de sedación y anestésicos actuales, someterse a una endodoncia no es más incómodo que tener la sensación de que te están rellenando un espacio vacío.
De hecho, una encuesta realizada en pacientes estadounidenses demostró que aquéllos que tenían una endodoncia hecha, tenían seis veces más probabilidades de decir que era indoloro que aquéllos que nunca habían sido sometidos a ninguna.
Aunque no es lo recomendable, lo cierto es que la mayoría de los pacientes acude al endodoncista cuando ya tiene un dolor de dientes muy fuerte. Lo más probable es que este dolor esté causado por los tejidos blandos dañados que rodean la pieza dental. Gracias a la endodoncia, todo ese tejido dañado se quita haciendo que el dolor desaparezca.
Mito 2:» La endodoncia provoca enfermedades».
Esta es desgraciadamente bastante común. Hoy en día, gracias a Internet cualquiera puede encontrar información acerca de lo “mala-malísimas” que son las endodoncias y la cantidad de enfermedades que producen en el cuerpo.
Esta aseveración se basa casi siempre en estudios (por llamarlos de alguna manera) de hace más de un siglo, época en la que no se conocía la causa de muchas enfermedades. Desde entonces hasta hoy creo que algo se ha avanzado en medicina ¿verdad? 😉
Lo cierto es que mientras este mito estuvo fuerte (años 20 del siglo pasado) en Estados Unidos, sacar dientes estaba a la orden del día ya fuera para curar enfermedades que nada tenían que ver con ellos como para prevenir futuras dolencias.
La verdad es que no hay prueba científica alguna que relacione un diente que ha sufrido una endodoncia con cualquier enfermedad en otra parte del cuerpo.
Este tratamiento es totalmente seguro y efectivo. Cuando una infección severa requiere una endodoncia, se diseña el procedimiento para no sólo eliminar las bacterias, sino prevenir la re-infección del diente y salvar todo lo que se pueda del diente natural.
La presencia de bacterias en los dientes y la boca es normal e inevitable. Por eso esta presencia no implica necesariamente infección y ni mucho menos implica una amenaza para la salud de la persona. En el momento en que exista una amenaza nuestro sistema inmunológico empieza a hacer su trabajo, y lo hace de forma fantástica.
Las extracciones deben realizarse cuando sean realmente necesarias ya que suponen un procedimiento que causa más trauma que la limpieza de la raíz del diente y por lo tanto, si seguimos con las bacterias de por medio, la exposición a éstas en una extracción es mayor que en una endodoncia.
Un diente natural debería ser salvado siempre que fuera posible. No obstante, si hay que quitarlo no pasa nada, para eso tenemos una fantástica preparación y experiencia en implantología 😉 Pero la verdad es que donde esté lo natural…, sin mencionar la cuestión económica que también importa, ya que normalmente una extracción va acompañada del correspondiente implante.
De todos modos, lo mejor para estar convenientemente informado sobre las endodoncias es que consultes a tu dentista de confianza, el o la cual podrá responder de manera perfecta a todas tus dudas. En Alcobendas y alrededores puedes encontrar todo el asesoramiento sobre endodoncias que necesites en Avodent. ¿Hablamos? 🙂