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Ortodoncia pediátrica ¿Cuándo es recomendable empezar?

La ortodoncia pediátrica juega un papel fundamental a la hora de evitar problemas funcionales y estéticos cuando alcanzamos la edad adulta. Es decir, si se corrige el hueso y los dientes que están mal colocados o mal situados desde una temprana edad, lograremos unos dientes alineados y más bonitos para el resto de nuestra vida.

De hecho, se sabe que los resultados beneficiosos de una ortodoncia pediátrica son más efectivos al llevarse a cabo en la infancia. Es bien sabido que durante el desarrollo es mucho más sencillo corregir los defectos óseos, así como las malposiciones dentales para poder lucir una bonita y radiante sonrisa en la etapa adulta. 

¿Cuándo se aconseja llevar a los niños con un especialista en ortodoncia pediátrica?A qué edad debo llevar a mi hijo al dentista

Lo más común es que los tratamientos de ortodoncia pediátrica comiencen cuando los dientes definitivos hayan ya salido para reemplazar los de leche.

Normalmente, a los 7 años es la mejor edad, puesto que salen los primeros molares y los incisivos ya han erupcionado. Aún así, es de suma importancia que antes de los 7 años se realice una revisión para evaluar si existen problemas graves, como por ejemplo dientes que no dejan espacio para los siguientes, incisivos que sobresalen en exceso, un paladar demasiado estrecho, etcétera. De esta manera, estos problemas podrán ser tratados de la mejor forma posible desde un buen principio, evitando complicaciones mayores a la larga.

Por norma general, los especialistas en odontología infantil recomiendan que la primera visita con el dentista sea a partir de los 3 años y que se sigan las revisiones, sin falta, de manera anual desde entonces.

Tipos de ortodoncia infantil

Al detectarse que el niño presenta una mala oclusión se deberá estudiar que tratamiento es el más recomendable, pero antes de eso, habrá que determinar que tipo de ortodoncia necesita. Esto variará en función de su edad y del problema en cuestión.

Generalmente, el objetivo de la ortodoncia en los más pequeños tiene como objetivo corregir una mala oclusión o una tendencia generada a raíz de malos hábitos, un ejemplo es la succión de forma prolongada del dedo pulgar. Descubre los 3 tipos de ortodoncia pediátrica que existen, a continuación:

Ortodoncia temprana

Este tratamiento se suele emplear en edades comprometidas de los 3 a los 6 años y se trata de un método preventivo que consiste en colocar un mantenedor de espacio, en el caso de haberse perdido algún diente temporal prematuramente.

Asimismo, también ayuda a la hora de evitar chuparse el dedo. Hay que tener en cuenta que el hábito de llevarse el pulgar a la boca, así como de succionar el chupete, se consideran normales hasta los 3 años. Es por ello que se recomienda empezar a eliminarlos antes de esa edad.

Ortodoncia funcional o interceptiva

El tratamiento funcional está indicado para niños de 7 a 11 años y está indicado principalmente para corregir malas tendencias provocadas por hábitos incorrectos, ya que de no hacerlo, provocaría oclusiones mayores en la salud oral del pequeño.

Esta edad es ideal para guiar el crecimiento del maxilar y de la mandíbula. Un ejemplo son los expansores maxilares que corrigen el paladar estrecho. Sin embargo, la posición de los dientes todavía no puede ser corregida, pues habrá que esperar a que hayan salido todas las piezas dentales definitivas.

Ortodoncia dentición permanente

En este último tipo de ortodoncia pediátrica, estamos frente a un tratamiento que sirve para corregir una mala oclusión ya consolidada. Como norma general, se suelen iniciar en edades comprometidas entre los 12 y los 18 años. 

¿Cuáles son los aparatos que se utilizan?

En base al objetivo que queramos lograr en cada caso, el aparato que necesitaremos será uno u otro. Hay 2 tipos de aparatos distintos para corregir las complicaciones infantiles citadas en el punto anterior. Conoce los 2 tipos de aparatos diferentes que se suelen emplear:

Aparatos removibles

A estos aparatos también se les denomina de «quita y pon», puesto que se pueden quitar y poner, es decir, no son fijos. Están creados con un material acrílico que mediante unos pequeños ganchos metálicos se sujetan a los molares. Su principal utilidad es corregir defectos óseos en el crecimiento, como en el caso del paladar excesivamente estrecho que genera una mordida cruzada posteriormente.

Esta clase de aparatos no son factibles para las personas de edad adulta. Por lo general, su uso condiciona los resultado efectivos del tratamiento, así que cuantas más horas se lleven puestos, más rápida y eficaz será la corrección. El mínimo de horas de utilidad para que sean útiles, son de 4 a 6 horas durante el día y llevarlo puesto durante toda la noche en las horas del sueño. 

Aparatos fijos

Los aparatos fijos son nombrados coloquialmente como «brackets» y se trata de aparatos fijos que van cementados a cada pieza dental. No obstante, existen otros tipos de aparatos fijos complementarios que sirven para otros casos. Cuidado para niños que tienen aparato dental

Con el uso de los «brackets», se consigue controlar la posición de cada diente con exactitud, que a su vez sirve para lograr una oclusión perfecta. Hay un amplio abanico de materiales para este tipo de aparatos fijos, desde metálicos hasta diseñados con porcelana, siendo estos últimos los más utilizados por temas de estética.

¿Qué clase de cuidados ha de tener un niño que ya usa aparato dental?

Hay que prestar especial atención a las medidas de higiene cuando un pequeño lleve aparatos dentales, ya que éstas deben extremarse. Sin embargo, muchos niños no saben como hacerlo de manera adecuada, sin rayar el esmalte ni dañar las encías. Por eso se recomienda utilizar un cepillo con filamentos suaves y punta redondeada.

En los aparatos fijos, la retención de placa y de restos de comida es superior, es por ello que se aconseja siempre el cepillado después de comer.

En el caso de los aparatos removibles, lo ideal es el cepillado antes de su colocación y también tras retirarlos. Asimismo, se debe conservar el aparato dental limpio cepillándolo con agua y jabón.

Extremar la higiene es muy importante cuando se utiliza ortodoncia, sobre todo para evitar la aparición de caries y manchas en los dientes, así como la gingivitis infantil.

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