En un post anterior ya abordamos la cuestión del cuidado de la boca en las embarazadas desde la perspectiva de los tratamientos dentales. Hoy vamos a seguir profundizando en el tema desde el punto de vista de la futura mamá. Concretamente vamos a saber qué cambia en el cuerpo de las embarazadas para que tantas padezcan problemas dentales que hasta ese momento no habían tenido.
Lo cierto es que el embarazo tiene muchos temas mucho más que abordar y la boca pues… no es uno de los que cuentan con más «glamour», sin embargo, existen bastante malentendidos y falta de información sobre la salud dental durante el embarazo.
No tiene nada que ver con que «el feto necesitaba calcio y me ha dejado la boca hecha un desastre», son otras las causas que ahora veremos las que pueden desencadenar una serie de problemas dentales de los que es mejor estar prevenidas y que normalmente no se tratan en las consultas antes de estar embarazadas.
Así que si estás planificando una próxima maternidad, no dejes de comunicarlo a tu dentista de confianza por si puede darte alguna indicación extra que te evite tras nueve meses entrar en el grupo de las que «echan la culpa al calcio» 😉
Tres causas posibles de problemas durante el embarazo
Según la clínica Mayo, durante el embarazo podemos afrontar determinados problemas bucales por una serie de cuestiones que tienen que ver con los cambios químicos del cuerpo durante ese periodo (y ninguno tiene al calcio de por medio)
Caries dentales: Durante el embarazo, la acidez de la boca aumenta y con ella el riesgo de caries. Si a ello sumamos el eventual aumento de vómitos, sobretodo en el primer trimestre, ello puede agravar el problema al exponer a los dientes a los ácidos estomacales.
Pérdidas dentales: Los niveles más elevados de progesterona y estrógeno pueden afectar a los ligamentos y hueso que dan soporte a los dientes pudiendo causar la pérdida de alguna pieza, incluso aun cuando no hubiera una enfermedad de encías previa.
Enfermedad de las encías: Los cambios hormonales de la embarazada pueden conllevar en algunos casos gingivitis, la forma más benigna de enfermedad de las encías que cursa sólo con inflamación del tejido superficial. De todos modos, si no se trata adecuadamente, la cosa puede ponerse fea, tanto que, como dijimos en este post, puede tener relación con la posibilidad de un parto prematuro e incluso con el bajo peso de recién nacido.
¿Que se puede hacer entonces para mantener una boca sana durante el embarazo?
Nada raro, simplemente seguir las mismas reglas básicas de siempre. Utilizar un cepillo adecuado y que no tenga más de tres meses de uso (recuerda este post), enjuagar con colutorio y hacer uso de la seda dental con regularidad.
Si tienes las típicas náuseas matutinas, puede ser aconsejable enjuagar la boca tras haber vomitado con un vaso de agua que tenga una cucharadita de bicarbonato disuelta, eso devolverá más rápidamente el equilibro de Ph a tu boca, alterado con el ataque ácido.
Como ya hemos comentado, lo ideal sería que se programara una visita a tu dentista de confianza con anterioridad a quedarse en estado para poder prever con antelación cualquier eventual problema futuro, así como acudir al profesional en el momento en el que se vea algún signo de problema durante la gestación.