El equilibrado oclusal, también llamado tallado selectivo es una técnica consistente en desgastar a propósito levemente ciertas partes de algunos dientes para equilibrar la oclusión, es decir conseguir el encaje perfecto de los dientes superiores e inferiores.
En todo caso se trataría de correcciones leves, es decir, maloclusiones en las que no haya elementos graves que reestructurar, por ejemplo al final de un procedimiento de ortodoncia o colocación de alguna prótesis en la que hay que ajustar «un pelín» esa pieza que en su forma original nos descuadra todo el trabajo realizado con anterioridad.
No es una cuestión de estética
Puede parecer que con el término «tallado» estamos cerca del campo de la estética, pero no es así. Con el equilibrado oclusal estamos hablando de devolver el equilibrio funcional a nuestros maxilares o de lograrlo si nunca se tuvo, consiguiendo una posición más estable y neutral, con las cargas de presión uniformemente repartidas entre los dientes de arriba y de abajo.
Si solo unos pocos dientes son los que soportan la presión de la mordida, es fácil de entender que su riesgo de atrición (desgaste) o rotura es superior.
Pero no sólo los dientes sufren. Los músculos también se fatigan más de lo normal pudiendo llegar a causar dolores ya que continuamente buscan (de forma inconsciente) una forma de lograr una posición que equilibre las fuerzas.
Ese movimiento constante puede derivar en bruxismo, dolor en la ATM (articulación temporomandibular), etc.
Hay que tener en cuenta que la ATM es una articulación única en el cuerpo. No es como la rodilla o el codo sino que además de arriba y abajo, para lograr la máxima abertura es necesario que pueda desplazarse en las tres dimensiones (adelante-atrás y de lado a lado). Todo esta libertad la dan músculos que si no tienen una posición «estable», con una carga bien distribuida implica que alguno siempre está en tensión, con el riesgo de problemas consiguiente.
¿Cómo se hace un equilibrado oclusal?
Realmente es algo bastante técnico y no vamos a aburrirte con más datos de los necesarios (pero si sientes curiosidad aquí tienes una descripción estupenda), baste decir que en esencia consta de tres pasos:
- En primer lugar se realiza un molde en yeso de los dientes para estudiar detalladamente cómo es la relación existente entre las dos arcadas. Es decir se examina cómo cierran -o lo intentan- .
- Luego se hace un ajuste en el propio molde, buscando corregir la mordida rebajando material de yeso allí donde sobre y poniendo material de relleno (de algún color que haga contraste con el del yeso
- Tras las pruebas y correcciones oportunas en el modelo sólo falta llevar todo eso a la boca del paciente. En la práctica por lo general va a requerir varias sesiones, en las que puede ser utilizada algún tipo de sedación ya que se necesita poder manipular libremente la mandíbula del paciente sin que sus músculos pongan resistencia.
En definitiva el tallado selectivo es un procedimiento más que busca la correcta funcionalidad de nuestra boca, tanto de los dientes como de los músculos y articulaciones, previniendo futuros daños y dolores y logrando en suma una mejor calidad de vida.