La osteointegración en implantes dentales es un proceso en el que intervienen gran cantidad de factores que pueden resultar decisivos para determinar su eficacia y éxito o, por el contrario, conducir todo el tratamiento de implantología que se quiera llevar a cabo, al más sonoro de los fracasos.
Algo que queremos dejar claro desde el principio es que para entender correctamente la relevancia del concepto de osteointegración debemos analizar este proceso como la piedra angular de los tratamientos de implantes dentales.
A lo largo de este artículo te hablaremos de las fases que completan el proceso, de los factores que determinan que un implante osteointegrado se pueda realizar y también te contaremos cuáles son los riesgos que existen para que la cicatrización y encarnado se malogren.
Como no podía ser de otro modo, para arrancar esta lectura de manera óptima, vamos con la definición del tema que tratamos hoy.
¿Qué es la osteointegración en implantes?
La osteointegración en implantes dentales es el proceso en el que se produce la cicatrización del hueso con la raíz del implante que, por lo general, es de titanio.
Fue el investigador y médico sueco Per-Ingvar Branemark quien, a través de una serie de investigaciones en animales, descubrió que el tejido óseo tiene una fuerte capacidad de adhesión al titanio.
Este descubrimiento le motivó a trasladar en 1952 el fenómeno de la osteointegración y el comportamiento de este metal a la medicina en humanos.
Es importante que sepas que el titanio es un metal que al contacto con la atmósfera se oxida rápidamente -en cuestión de milisegundos- transformándose su superficie en óxido de titanio.
Lo importante de esta transformación radica en que tras la oxidación, el titanio se convierte en un material bioinerte, o lo que es lo mismo, que no produce rechazo.
Aunque es evidente, te recordamos que el rechazo es la reacción que tiene el organismo humano de manifestarse ante la presencia de un cuerpo que reconoce como extraño.
Por eso, la bioinercia y la alta biocompatibilidad que aporta este material hacen que sea el elegido en los tratamientos de implantes osteointegrados.
Ya una vez que el proceso de osteointegración se completa (entre 4 y 6 meses), es cuando se podrán colocar las nuevas piezas dentales de forma definitiva.
Consideraciones previas y fases en el proceso de osteointegración
Antes de llevar a cabo un tratamiento de implantología, es importante determinar si existe una mínima viabilidad del mismo.
Para llevar a cabo esta comprobación, son varios los factores y consideraciones previas a tener en cuenta y que te detallamos a continuación:
Comprobar la estructura y calidad del hueso
Determinar que la calidad del hueso es la adecuada, es fundamental entre otras cosas para certificar que debido a la falta de la pieza no se ha producido una disminución de la estructura ósea que suponga problemas de sujeción y anclaje.
Revisar el historial del paciente
El profesional en implantología deberá revisar los antecedentes clínicos del paciente, máxime si está inmerso en algún otro tratamiento con fármacos previo o si ya ha sido diagnosticado de enfermedades o alergias que puedan interferir en el éxito del implante.
Confirmar la cantidad de espacio
Todo proceso de osteointegración ha de hacerse transcurrido un tiempo tras la extracción de la pieza. Esto es así porque parte del hueso se regenerará y esta regeneración afectará al espacio final -y real- que ocupará el implante osteointegrado.
Asegurarse de la salud ósea y bucal
Obviamente, que el paciente haya perdido una pieza dental es síntoma de que ha habido algún problema en esa zona incluido algún proceso infeccioso.
Como puedes imaginar, antes de realizar cualquier tratamiento de osteointegración por implantes, el profesional habrá de asegurarse no solo de la salud del hueso que albergará el implante, sino también de la salud bucal y periodontal general del paciente.
Hablemos ahora de las fases:
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La primera fase consiste en la colocación de la raíz de titanio que servirá de sujeción al implante.
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A las 24 horas empieza la segunda fase y el proceso de osteintegración con la formación de material reticular alrededor del implante y la posterior mineralización. Tras unos dos meses es cuando se produce la osificación de la zona.
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A partir de los 3 o 4 meses es cuando la estructura previamente osificada se consolida, madura y mineraliza, permitiendo acometer el último paso en el que se cambiarán las piezas provisionales por las definitivas.
Hay que señalar que las osteointegraciones de implantes dentales en la mandíbula superior requieren de un proceso más largo que los que se realizan en la mandíbula inferior.
Factores de rechazo en la osteointegración de implantes
A pesar de que los tratamientos de implantología dental gozan de excelentes resultados que los avalan, tenemos que advertirte de que existen una serie de hábitos y factores que pueden hacer que este proceso fracase.
El tabaco
Está demostrado que el hábito de fumar tiene una repercusión negativa en los procedimientos de osteointegración por implantes al ralentizar la cicatrización y aumentar el riesgo de infecciones en la zona.
Enfermedades previas
Enfermedades como la diabetes -consideradas sistémicas- pueden ser la causa de que los implantes dentales no se acaben integrando de forma correcta en el hueso.
La higiene bucodental
Si en condiciones normales, una mala o incorrecta higiene bucodental es sinónimo de posibles problemas como la gingivitis o la periodontitis, no es difícil imaginar que en tratamientos de osteointegración por implantes, la higiene dental cobra mayor relevancia -si cabe- ya que a los problemas anteriormente mencionados se unen otros más concretos como la mucositis o la periimplantitis.
El diseño y elección del implante
Elegir entre los distintos tipos de implantes dentales uno que no se ajuste en espacio, tamaño y posición a lo que necesitas como paciente puede ser motivo para que el proceso de osteointegración no culmine con éxito.
La técnica quirúrgica
Por último, el profesional que realice el tratamiento ha de estar acreditado y ser conocedor de las técnicas que va a llevar a cabo.
Asimismo, el paciente ha de ser consciente de que las revisiones que pauta el dentista a lo largo del tratamiento de osteointegración con implantes son necesarias tanto para certificar los avances como para detectar posibles problemas médicos.
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