La periodoncia es la especialidad odontológica encargada de prevenir, diagnosticar y tratar los problemas de los tejidos que soportan los dientes (o sus sustitutos) y, realmente, es la mejor expresión de que, lo que se ve, es solo la mitad de una sonrisa perfecta.
Imagínate un edificio, aparentemente estupendo y maravilloso, pero ¿y si te digo que ese edificio está plantado en un terreno de arenas movedizas y sus cimientos cada vez están más deteriorados? Sin duda el edificio se acabará cayendo, ¿no es cierto? pues la periodoncia se encarga de mantener «suelo y cimientos» en perfecto estado para que el «edificio» luzca tan lustroso como merece… siempre que su propietario lo siga cuidando como es debido, obviamente 😉
Pero claro, si estás leyendo esto es porque a ti o a alguien cercano le interesa saber qué pasa cuando las cosas no van bien en el periodonto, que es como se denomina a ese conjunto de tejidos que dan soporte a los dientes.
Los problemas más frecuentes
La patología más leve en el campo de la periodontología es la gingivitis, o inflamación de las encías, aquí de momento no “hemos tocado hueso” -literalmente- y la cosa se queda sólo en los tejidos blandos propios de la encía.
Sin entrar en motivos más particulares que puedan dar lugar a gingivitis (víricos, bacterianos, genéticos, etc.) por lo general ésta se produce por una deficiente higiene dental que motiva la aparición de sarro, el cual aún no ha llegado a meterse por debajo de la encía y por tanto no ha llegado al hueso, en cuyo caso estaríamos hablando ya de palabras un poco mayores: la periodontitis o piorrea.
Tratar la gingivitis es fácil con el diagnóstico, tratamiento y prescripciones adecuados y lo mejor es que gracias a ellos podemos evitar que se convierta en algo realmente grave en el futuro. Pero imaginemos que estamos en ese futuro y que hemos “pasado olímpicamente” de nuestra gingivitis porque, total, por sangrar un poco o tener las encías más rojas de lo normal no merece la pena hacer una consulta al profesional 😉
Bien, si ese ha sido el caso, ¡bienvenido y bienvenida al “maravilloso” mundo de la piorrea! y aquí se acabaron las bromas porque estamos hablando de cosas serias. Efectivamente, ya son los cimientos de nuestros dientes los que están siendo afectados, el sarro se ha introducido por debajo de la encía y la destrucción de los tejidos de soporte dental ha comenzado. Si la cosa sigue evolucionando -situación conocida también como el síndrome del “ya iré al dentista si eso…”– nuestros dientes comienzan a moverse y finalmente acaban o bien cayendo o bien necesitando ser extraídos.
Ni que decir tiene que un adecuado tratamiento dirigido a recuperar la salud de las encías, eliminando la placa bacteriana bajo ella y deteniendo la pérdida de hueso es fundamental. Tanto como el adecuado asesoramiento específicamente dirigido a prevenir la nueva aparición de futuras periodontitis.
En Avodent te tratamos con la cercanía, complicidad y profesionalidad que tu sonrisa (la que se ve y la que no) se merecen ¿Te animas a hacernos una vista? Estaremos encantados de conocerte.