Seguro que te cepillas los dientes regularmente, después de cada comida. Y con gran probabilidad, tras cada cepillado, utilizas un colutorio para enjuagarte la boca, con la intención de eliminar las bacterias que pueden quedar. Tras tirarte un buen rato en el cuarto de baño limpiándote los dientes, ¿qué pensarías si te dijese que tu higiene bucal no es totalmente correcta? Nadie puede negar que el cepillado continuo y el uso de colutorios son necesarios e imprescindibles. Pero no son suficientes, ya que estos por sí mismos no son capaces de eliminar los restos de comida que se quedan prendidos entre los dientes. Además, el cepillo de dientes tampoco puede retirar solo toda la placa dental que se va depositando en la boca. La responsable, por tanto, de limpiar correctamente los espacios entre los dientes —y de eliminar la placa que queda— es la seda dental. Solo mediante su uso continuado se garantiza una correcta higiene dental, además de prevenir la aparición de las enfermedades periodontales y de la caries.
Cómo debe ser la correcta higiene oral
Conviene recordar cómo debe ser una correcta higiene dental:
1.- Cepillado de dientes
Los dientes deben cepillarse después de cada comida y, al menos, dos veces al día. Durante el proceso de cepillado, es conveniente hacerlo de un modo concienzudo, tratando de llegar hasta los últimos recovecos y a las partes más inaccesibles de la boca.
2.- Limpieza de lengua
En la lengua se acumulan muchas bacterias que son las causantes del mal aliento y de las infecciones. Por lo tanto, es necesario también limpiar toda la superficie de la lengua con un instrumento específico (que en algunas ocasiones viene incorporado al propio cepillo de dientes).
3.- Utilización de la seda dental
Aunque pensemos que tras la limpieza de los dientes y de la lengua el trabajo se ha acabado, aún hay que retirar el sarro y los restos de alimentos que se han quedado sujetos en los pequeños huecos entre diente y diente mediante el uso del hilo dental.
4.- Enjuague con colutorio antiséptico
Aunque podrían emplearse también otros elementos como irrigadores bucales o cepillos interproximales para profundizar todavía más en la higiene de la boca, una vez ejecutados los pasos anteriores conviene desinfectar la boca con un enjuague o colutorio que mantendrá un aliento más fresco y una cómoda sensación en la boca.
Unas cuantas consideraciones acerca de la seda dental
Ya hemos visto que la seda dental forma parte sustancial del proceso de limpieza de la boca, además de que evita un montón de enfermedades y molestias. En esta sección, vamos a profundizar un poco más en el desconocido mundo del hilo dental.
¿De qué está hecho el hilo dental?
El hilo dental es un filamento muy fino y estrecho —que parece de hilo— generalmente fabricado con materiales como el nylon, el polietileno o el plástico. Para que su efecto sobre las encías y los espacios interdentales sea más beneficioso, suelen estar impregnados de sustancias antisépticas, o de otros productos como el fluor o la menta. Por otra parte, también suelen incorporar ceras que facilitarán que el hilo dental resbale al ser frotado contra los dientes.
Tipos de hilo dental
En el mercado existen diferentes tipos de seda dental específica para cada necesidad.
- Hilo dental normal: está indicado para aquellas personas que tienen una dentadura normal, con espacios pequeños entre diente y diente. Su superficie redondeada permite que se introduzca en ese hueco y que se elimine la placa a la que nunca podrían acceder las cerdas del cepillo de dientes.
- La cinta dental: para las personas que tiene una separación mayor entre un diente y otro, lo más recomendado es la cinta dental. Al disponer de una gran superficie plana, limpia mejor los espacios interdentales.
- Super-floss: seda dental específica para puentes fijos y brackets. Están pensados para que se introduzcan por debajo del puente o de la ortodoncia, pudiendo también limpiar los espacios entre el resto de los dientes.
El hilo dental, ¿antes o después del cepillado?
En este caso, como en otros muchos, el orden de los factores no altera el producto. Lo importante es que la seda dental se utilice y no importa tanto si se emplea antes del cepillado o después. De cualquier forma, si lo haces antes, el hilo dental despegará las bacterias y restos de comida que posteriormente podrás retirar con el cepillo. Los partidarios de hacerlo al final del proceso opinan que el hilo dental es un complemento del cepillado y que este eliminará toda la placa que el cepillo no fue capaz de quitar. Ya sea de un modo o de otro, lo importante es que lo utilices de un modo riguroso y constante.
¿Cada cuánto se usa el hilo dental?
Lo idóneo sería utilizar el hilo dental antes o después de cada cepillado. De no poder hacerlo así, al menos conviene pasarse la seda entre los dientes una vez al día. Solo de ese modo se garantiza una correcta limpieza de los espacios interdentales y una retirada efectiva y completa del sarro y la placa.
¿Vas a empezar a usar la seda dental?
En este artículo he dejado claro que el uso continuo y riguroso del hilo dental conlleva múltiples beneficios para tu salud bucal. Si utilizando la seda al menos una vez al día consigues reducir la posibilidad de sufrir caries o gingivitis, habremos dado un paso de gigante. De cualquier forma, si no estás familiarizado con su utilización, tal vez te cueste un poco acostumbrarte al principio. Si tienes alguna duda sobre su utilización —y vives o trabajas por la zona de Alcobendas o San Sebastián de los Reyes—, en nuestra clínica Avodent estaremos encantados de enseñarte personalmente cómo usar el hilo dental.