Sedación y anestesia: El antes y el despúes.

En el post anterior tratamos de la sedación consciente como sistema para mitigar la clásica ansiedad (o directamente el miedo) a acudir a la consulta del dentista. Así, vimos sus clases y formas de aplicación.

Sin embargo, la sedación consciente normalmente va combinada con un agente que bloquea el dolor, el anestésico. Es este segundo aspecto el que trataremos en este post.

La razón es que la sedación consciente no te va a quitar el dolor, solo va a hacer que te sientas… más a gusto :-) , sin embargo esto puede ser muy útil, por ejemplo, para lidiar con ese miedo a las agujas (independientemente de los dentistas) por las que te van a poner la anestesia que sí bloqueará el posible dolor del procedimiento que sea.

Está claro que la sedación consciente no es un protocolo de anestesia general, que es la única que directamente va dirigida a dejarte K.O. (en la sedación puedes dormirte, pero no será nunca algo intencionadamente buscado).

El miedo al dentista hace que muchos prefieran “desaparecer” del mundo mientras dure el tratamiento que sea a través de la anestesia general, sin embargo, no debería de tomarse esto a la ligera.

Un protocolo de anestesia general no sólo requiere profesionales específicos sino aparatos concretos y procedimientos particulares que a no ser que no se responda a la sedación, o lo que se vaya a realizar sea un trabajo odontológico intenso como una actuación de cirugía maxilofacial, no debería ser utilizado sino en los casos más graves.

Aun siendo la sedación consciente un procedimiento muy seguro, seguimos en el ámbito de la medicina y, por tanto, siempre existen factores de riesgo. Para garantizar tu seguridad te recomendamos estos consejos:

Antes del procedimiento:

  • Comenta siempre a tu dentista de confianza si estás o podrías estar embarazada
  • Qué medicamentos tomas (incluso suplementos o productos de herboristería)
  • Qué alergia u otros problemas de salud tienes y si has recibido anteriormente anestesia o sedación.
  • Consigue que alguien te acompañe antes y después a casa.

Después del procedimiento:

Después de la sedación te vas a sentir con sueño, e incluso puede que tengas dolor de cabeza o (en algún caso) náuseas. Una o dos horas después del procedimiento deberías poder irte a casa (siempre en compañía de alguien, eso sí).

Una vez en casa, se recomienda comer algo saludable para reponer energías. Si todo ha ido bien, al día siguiente puedes realizar tus labores cotidianas sin problemas. No obstante, en la medida en que sea posible, habría que evitar conducir, operar maquinaria, beber alcohol o realizar labores mentales intensas (adopción de decisiones importantes entre ellas) durante al menos veinticuatro horas. Por último, la toma de cualquier medicamento o suplemento de herboristería debería consultarse con tu dentista de confianza

En Avodent, en Alcobendas, contamos con un equipo de profesionales multidisciplinar experto en todo tipo de atenciones bucodentales. Administramos la sedación o anestesia apropiada a cada paciente dependiendo de sus características y necesidades. Siempre con las máximas garantías y asegurando en todo momento la tranquilidad y el confort de nuestros clientes.

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