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Si alguna vez te ha sacado un diente, puede que te suene de algo una circunstancia bastante dolorosa conocida acertadamente como alvéolo seco o, más técnicamente, osteítis alveolar. La osteítis alveolar puede tener lugar cuando el coágulo de sangre que protege el espacio de un diente que ha sido extraído se desplaza, dejando el hueco en el que estaba el diente seco y expuesto. El coágulo de sangre se forma normalmente en el lugar donde estaba el diente, protegiendo así los nervios y el hueso que se encontraban bajo él. Sin embargo, sin esta protección, nervios y hueso están expuestos por lo que se desencadena el dolor en la zona y se expande por todo el recorrido del nervio afectando a oreja y ojo de ese lado de la cara.

¿Por qué ocurre?

Pues puede ocurrir por varios factores pero el más común suele ser la contaminación bacteriana del lugar de la extracción, del hueso o del tejido circundante o por la presencia de  pequeños fragmentos de hueso en el hueco tras la cirugía. Hay varios factores que pueden poner a los pacientes en un riesgo más alto de sufrir osteítis alveolar tras una extracción. Los fumadores, por ejemplo, tienen “más papeletas” para sufrirla ya que los productos químicos presentes en el tabaco pueden irritar o contaminar una herida. También si tenemos un historial previo de problemas gingivales o enfermedades periodontales o si simplemente ya hemos sufrido de alvéolo seco en una extracción anterior podemos correr cierto riesgo. Las mujeres que toman la píldora pueden tener un riesgo más alto ya que los altos niveles de estrógenos en estos fármacos pueden disolver los coágulos de sangre.

Cuándo puede surgir y cómo se desarrolla.

Es cierto que tan “hueco” es el que deja un incisivo como el de un molar, pero sin duda el alvéolo seco es una dolencia que sobretodo se relaciona con la extracción de las muelas del juicio del maxilar inferior. Una vez que se ha perdido el coágulo de sangre la sensación puede llegar a ser muy dolorosa varios días después de haber tenido lugar la extracción, y, además, no es raro que se den episodios de halitosis en el transcurso de la dolencia. En todo caso casi siempre se producen más visitas al dentista o a la clínica dental así como ausencias laborales producidas por el malestar que ocasiona.

Prevención

Según algunos estudios el enjuague con gluconato de clorhexidina antes y después de sacar el diente redujo el riesgo de desarrollar el alvéolo seco, así como utilizar gel con este compuesto en el propio alvéolo del diente extraido. De todos modos, dado que se han producido casos graves por alergia o reacciones adversas a la clorhexidina es necesario estar seguros de su aplicación llegado el caso. No obstante, desarrollar o no esta dolencia depende de muchos factores como hemos visto, pero no todos son conocidos. En cualquier caso debe ser tu dentista de confianza el que debe valorar adecuadamente el riesgo concreto que puedes tener de desarrollar alvéolo seco e informarte suficientemente sobre el mismo y su tratamiento. En Avodent estamos para tratar cualquier tipo de actuación que tu boca o la de los tuyos requiera con toda la experiencia, seguridad y calidad que mereces. No dudes en concertar una cita para conocernos.